20 de julio de 2015

Nuestra Experiencia Endeavor

Tuvimos la suerte de haber ganado entradas para asistir a la Experiencia Endeavor 2015 que se llevó a cabo el mes pasado en la Usina del Arte, y opinar al respecto es una mezcla de sentimientos encontrados porque, la verdad, fue un evento que no nos voló la cabeza como esperábamos.

Lo que se supone que vas a encontrar en el lugar es lo siguiente:

“La EXPERIENCIA ENDEAVOR es el punto de encuentro del mundo emprendedor.


Emprendedores, pymes y empresarios se reúnen en un espacio pensado para el networking y la inspiración.
La experiencia recorre el país ofreciendo charlas con speakers nacionales e internacionales, encuentros con empresas e inversores, y paneles con diferentes temáticas.


Más de 8 mil personas por año ya lo vivieron.


En la Experiencia Endeavor…
INSPIRAMOS SUEÑOS – POTENCIAMOS EMPRENDEDORES.”

Fuente foto: Endeavor Argentina


Pero lo que realmente encontramos dista un poco de esa realidad idílica que ellos promocionan.
Dado que por haber ganado las entradas muy cerca de la fecha no pudimos anotarnos ni en los talleres ni en Endeavor Connects, aprovechamos las charlas del auditorio pensando que nos iban a aportar algo extra a nuestra experiencia emprendedora.
Las charlas, si bien interesantes, no eran más que la historia personal de cómo cada emprendedor llegó a formar una compañía exitosa, pero sin las claves que ayuden al espectador a levantar su propio emprendimiento… como estábamos esperando. Llegó un punto en el que se sintió un poco de autobombo y, la verdad, la única charla que realmente nos dejó algo positivo fue la de Estanislao Bachrach sobre Neuroliderazgo.


El presentador del evento, Tito Loizeau, fue muy dinámico y empático, logró hacer lucir a cada uno de los disertantes no sólo contando una breve reseña de sus CVs sino haciéndolos sentir estrellas. Su entrevista con Alain Coumont, fundador de Le PainQuotidien, fue un ping pong de preguntas y respuestas bastante logradas aunque, nuevamente, sin mucho aporte al emprendedor deseoso de tips que lo ayuden a forjar su negocio.

El primer disertante fue Marcio Kumruian, fundador de Netshoes, quien dio una explicación bastante interesante sobre el crecimiento de su compañía pero no contó las peripecias que tuvo que pasar como emprendedor para llegar al emporio que tiene hoy en día. A su charla la sentimos dirigida a un grupo inversionista y no a un grupo de iniciados en el mundo de los negocios que necesitan consejo e impulso más que historias de vida. Dio gusto escucharlo por lo que contaba sobre el crecimiento del negocio, pero en lo personal no nos impulsó a querer salir a mejorar nuestra idea, no nos dio esa chispa que necesitamos para salir a querer comernos el mundo, simplemente nos dejó con la idea de que existe la posibilidad de crecer.


Fuente foto
Estanislao Bachrach fue, como dijimos antes, el que más nos dejó del evento. Al no tener mucha idea sobre neurociencia todo en su charla fue algo nuevo, y él es tan dinámico al hablar que aunque no sepas de qué se trata te terminás enganchando. Estanislao dijo que la mente afecta al cerebro, es decir, lo que pensamos nos afecta. También nos dijo que estamos en la era conceptual, en donde la creatividad y la empatía son necesarias para que surja el neurolíder, aquel que tiene ideas y es vulnerable a los efectos de los demás, pero no en un sentido negativo sino en el hecho de que este líder es sensible a las recomendaciones de su equipo y entiende cuándo está bueno usar la idea de otro y valorarla. Por otro lado, dijo que mientras más ideas haya más chances habrá de que una sirva, por lo que novedad + cantidad hacen a la calidad de cualquier emprendimiento.


Fernando Storchi (fundador de Megatlon) y Tomás Bermúdez (fundador de Cookapp) fueron quienes siguieron después de la entrevista a Alain Coumont, contaron sobre cómo nació la idea de negocio y un poco cómo fueron creciendo. Hablaron de sus experiencias personales, de la importancia de la prueba y error, pero otra vez nos quedamos con ganas de más.


¿Será que estábamos esperando demasiado? ¿O se quedaron cortos con eso de “inspiramos sueños - potenciamos emprendedores”? Porque tan poco inspiradas nos sentimos que nos fuimos antes, no pudimos seguir sentadas escuchando los triunfos de los demás sin esa cuota de “cómo hizo” que estábamos esperando.
Los pro y los contra, los desafíos, la cabeza contra la pared un montón de veces y la necesidad de querer arriesgarse en un país donde cualquier riesgo es una amenaza ya son cosas que sentimos nosotras, y mal que nos pese no necesitamos que otros nos digan. Lo que sí necesitamos es que nos impulsen, que nos den ganas de salir a comernos el mundo empresarial, que queramos salir a pelear con capa y espada por nuestro proyecto, y que además nos den alguna que otra herramienta para poder hacerlo.

Quizás es muy exigente nuestro planteo, quizás si hubiéramos tenido la posibilidad de participar de las otras actividades nuestra opinión sobre el evento sería diferente, pero lo que vivimos fue esto y si bien no está mal, porque es una percepción nuestra y eso no invalida la de los demás, sentimos que nos faltó algo. Nos faltó pasión, entusiasmo, garra, fuerza, impulso y motivación.



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