Tuvimos la suerte de haber ganado
entradas para asistir a la Experiencia Endeavor 2015 que se llevó a cabo el mes
pasado en la Usina del Arte, y opinar al respecto es una mezcla de sentimientos
encontrados porque, la verdad, fue un evento que no nos voló la cabeza como
esperábamos.
Lo que se supone que vas a encontrar en el lugar es lo siguiente:
“La EXPERIENCIA ENDEAVOR es
el punto de encuentro del mundo emprendedor.
Emprendedores, pymes y empresarios se reúnen en un espacio pensado para el
networking y la inspiración.
La experiencia recorre el país ofreciendo charlas con speakers nacionales
e internacionales, encuentros con empresas e inversores, y paneles con
diferentes temáticas.
Más de 8 mil personas por año ya lo vivieron.
En la Experiencia Endeavor…
Pero lo que realmente encontramos
dista un poco de esa realidad idílica que ellos promocionan.
Dado que por haber ganado las
entradas muy cerca de la fecha no pudimos anotarnos ni en los talleres ni en
Endeavor Connects, aprovechamos las charlas del auditorio pensando que nos iban
a aportar algo extra a nuestra experiencia emprendedora.
Las charlas, si bien
interesantes, no eran más que la historia personal de cómo cada emprendedor
llegó a formar una compañía exitosa, pero sin las claves que ayuden al
espectador a levantar su propio emprendimiento… como estábamos esperando. Llegó
un punto en el que se sintió un poco de autobombo y, la verdad, la única charla
que realmente nos dejó algo positivo fue la de Estanislao Bachrach sobre Neuroliderazgo.
El presentador del evento, Tito
Loizeau, fue muy dinámico y empático, logró hacer lucir a cada uno de los
disertantes no sólo contando una breve reseña de sus CVs sino haciéndolos
sentir estrellas. Su entrevista con Alain Coumont, fundador de Le PainQuotidien, fue un ping pong de preguntas y respuestas bastante logradas aunque,
nuevamente, sin mucho aporte al emprendedor deseoso de tips que lo ayuden a
forjar su negocio.
El primer disertante fue Marcio
Kumruian, fundador de Netshoes, quien dio una explicación bastante interesante
sobre el crecimiento de su compañía pero no contó las peripecias que tuvo que
pasar como emprendedor para llegar al emporio que tiene hoy en día. A su charla
la sentimos dirigida a un grupo inversionista y no a un grupo de iniciados en
el mundo de los negocios que necesitan consejo e impulso más que historias de
vida. Dio gusto escucharlo por lo que contaba sobre el crecimiento del negocio,
pero en lo personal no nos impulsó a querer salir a mejorar nuestra idea, no
nos dio esa chispa que necesitamos para salir a querer comernos el mundo,
simplemente nos dejó con la idea de que existe la posibilidad de crecer.
Fuente foto |
Fernando Storchi (fundador de
Megatlon) y Tomás Bermúdez (fundador de Cookapp) fueron quienes siguieron
después de la entrevista a Alain Coumont, contaron sobre cómo nació la idea de
negocio y un poco cómo fueron creciendo. Hablaron de sus experiencias
personales, de la importancia de la prueba y error, pero otra vez nos quedamos
con ganas de más.
¿Será que estábamos esperando
demasiado? ¿O se quedaron cortos con eso de “inspiramos sueños - potenciamos emprendedores”? Porque tan poco
inspiradas nos sentimos que nos fuimos antes, no pudimos seguir sentadas
escuchando los triunfos de los demás sin esa cuota de “cómo hizo” que estábamos
esperando.
Los pro y los contra, los desafíos, la cabeza contra la pared un montón de veces y la necesidad de querer arriesgarse en un país donde cualquier riesgo es una amenaza ya son cosas que sentimos nosotras, y mal que nos pese no necesitamos que otros nos digan. Lo que sí necesitamos es que nos impulsen, que nos den ganas de salir a comernos el mundo empresarial, que queramos salir a pelear con capa y espada por nuestro proyecto, y que además nos den alguna que otra herramienta para poder hacerlo.
Los pro y los contra, los desafíos, la cabeza contra la pared un montón de veces y la necesidad de querer arriesgarse en un país donde cualquier riesgo es una amenaza ya son cosas que sentimos nosotras, y mal que nos pese no necesitamos que otros nos digan. Lo que sí necesitamos es que nos impulsen, que nos den ganas de salir a comernos el mundo empresarial, que queramos salir a pelear con capa y espada por nuestro proyecto, y que además nos den alguna que otra herramienta para poder hacerlo.
Quizás es muy exigente nuestro
planteo, quizás si hubiéramos tenido la posibilidad de participar de las otras
actividades nuestra opinión sobre el evento sería diferente, pero lo que
vivimos fue esto y si bien no está mal, porque es una percepción nuestra y eso
no invalida la de los demás, sentimos que nos faltó algo. Nos faltó pasión,
entusiasmo, garra, fuerza, impulso y motivación.